“Para diseñar una nueva cultura hay que entender primero con mucha profundidad la cultura actual” Susana Zapata - Sponsor del proyecto
Quienes han vivido una fusión empresarial saben que no se trata de un asunto fácil. Además de los infinitos análisis financieros y los procesos de valoración, las juntas de redistribución organizacional y de mercado, los asuntos legales necesarios y otro sin fin de asuntos, hay una dificultad que sobrepasa a todas: unir culturas es distinto a unir empresas. Ese proceso lo vivió Wompi, una empresa del grupo Bancolombia que nació con un propósito claro “Apoyar el crecimiento digital de los negocios simplificando la gestión del dinero”. Para lograr esto crearon una plataforma digital donde se procesan transacciones y pagos que impulsan las ventas en línea de los negocios. En el año 2021, Alejo Toro, su CEO, se enfrentaba al reto de consolidar una cultura monolítica que impulsara los resultados. No era una tarea fácil pues el Grupo Bancolombia había adquirido la startup de software “Vlipco” quienes contaban con talento exclusivo que marcaría la diferencia en el negocio. Wompi y Vlipco pasarían a ser una sola empresa: una adquisición por un lado y una escisión por el otro. En ese entonces Wompi contaba con 47 empleados y Vlipco con 15, los cuales debían integrarse y trabajar de manera colaborativa; aunque no parezcan grandes números, el reto tomaba magnitudes mayúsculas, precisamente porque en las empresas pequeñas, el nivel de cohesión cultural suele ser mayor y por ende las integraciones resultan más complejas. Además, ambas partes presentaban importantes diferencias culturales que debían ser comprendidas y gestionadas, sumado al reto de ser una empresa en crecimiento que estaba contratando nuevo talento, duplicando su tamaño en número de empleados El proceso que diseñamos desde Caramelo Escaso partió de la creación de un plan de acción que nos permitiera entender las dinámicas de la integración cultural, identificar la cultura que cada uno estaba poniendo, los hábitos y acciones que los motivaban y con ello, las brechas que debían gestionar para consolidarse como una sola compañía. El plan de acción En 14 semanas viviríamos 3 momentos de nuestro Viaje por la Cooltura:
1. Alineando estrategia, cultura y propósito,
2. Comprensión de la integración
3. Marco de cultura, narrativas y comunicación estratégica.
Todo esto, de la mano de una célula de trabajo multidisciplinar y altamente apasionada.
Momento 1. Entendiendo el contexto Iniciamos la ruta conversando con actores clave en el proceso para comprender, entre otros aspectos, las dinámicas de la integración, la estrategia y los canales de relacionamiento. Esta tarea es vital pues nos permite establecer las agendas de trabajo y conectar la cultura, la estrategia y los desafíos. ¿El resultado? La evidencia de un choque inminente. Por un lado, teníamos a Wompi, un intraemprendimiento marcado por la cultura banco “un poco más tradicional”; por el otro estaba Vlipco quienes se declaraban como “la evolución de las start ups de Silicon Valley”. Era la receta perfecta para una compleja integración cultural. Momento 2. Escuchando a los equipos Empleando herramientas de recolección de información heredadas de las ciencias humanas, tuvimos sesiones virtuales con ambos equipos por separado. No era un proceso fácil, pues se tenía el desafío de superar las resistencias generadas por el choque cultural para poder tener conversaciones en profundidad de las cuales pudieran sacarse descubrimientos de valor para diseñar y gestionar la cultura. Los resultados de este proceso mostraban que, durante los meses de integración, Wompi trató de desarrollar una transculturación como táctica para retener el talento Vlipco. Es decir, la intención era que Vilpco cambiara su cultura de manera progresiva hasta homologarse con la de Wompi, sin embargo, la propia cultura Wompi no había considerado los elementos que debían cimentar a esa nueva empresa que nacía.
Estos resultados, entre otros muchos, se presentaron en una reunión colectiva aprovechando el fin de año. Tomando la fecha como pretexto para reunir a ambas compañías, comenzamos el proceso de construcción de lazos de confianza. Esto era vital pues Vlipco tenía como centro de operaciones la ciudad de Bogotá, mientras que Wompi se concentraba en Medellín. Si queríamos que trabajaran como una sola compañía debían crear una buena base de seguridad psicológica, que se conocieran y empezaran a establecer lazos de confianza, que crearan relaciones humanas, para promover interacciones, cercanía y vínculos que pudieran llevarse a la virtualidad.
Momento 3. Declaraciones culturales y manifestación de propósito
Entendiendo que marcar un nuevo inicio requería símbolos tangibles de cambio, Wompi le apostó al rediseño de su marca, y con ello relanzamos su declaración cultural: Efecto Wompi, una narrativa que abarca toda la estrategia cultural bajo 4 pilares aterrizados en comportamientos observables, los cuales se fueron validando y afinando durante el proceso por sus mismos líderes.
Esta declaración cultural se construyó bajo la alineación de los conceptos de estrategia, objetivos y premisas que Alejo Toro presentó a todo el equipo, precisamente, en el encuentro organizado en diciembre.
¿El resultado de este Efecto Wompi?
Una compañía más consciente, unificada, y con principios culturales claros.
Los aprendizajes En los procesos de cultura exitosos, la participación de un líder convencido del proceso, que le cree a la cultura y a las personas como movilizadoras de cultura, es indispensable. Alejo y su equipo participaron de manera activa en diferentes momentos y experiencias sumando y aportando desde su visión, cocreando de la mano de Caramelo Escaso y dejándose guiar. El gran logro de este proceso valida que elevar la consciencia en la importancia de diseñar la cultura es prioritario: Cuando las empresas en su proceso de crecimiento pasan de ser un emprendimiento a comportarse como empresa, la cultura empieza a requerir diseño y gestión para poderla moldear e irla llevando en dirección a los objetivos estratégicos. Alejo entendió este concepto y de la mano de su equipo ha ido implementando prácticas, procesos y ha generado acciones en pro de la cultura Wompi.
Una recomendación para todos
Los procesos de integración cultural se pueden dar por fusión (mutuo acuerdo) o por adquisición (imposición). El choque cultural que se generará puede gestionarse vía aculturación (cambio inmediato) o transculturación (cambio progresivo). Es por esto que, cada vez, cobra más relevancia anticiparse en el entendimiento cultural de las empresas en los procesos de due diligence.
Fusiones exitosas implican gestiones culturales exitosas, y ese es un reto que Caramelo Escaso está preparado para acompañar.
“Los procesos de integración cultural son absolutamente desafiantes y apasionantes. Su éxito no sería posible sin un equipo de líderes dispuestos a poner las conversaciones necesarias sobre la mesa, a hacer renuncias y apostarle a llevar la cultura a la acción, con la pasión y actitud de hacer que todo sea posible”. Sara Vélez - Líder del proyecto
Queríamos diseñar la cultura de Wompi y fue un reto que el equipo entendiera que no estábamos escogiendo cual cultura dejar, sino diseñando una nueva. Todos en la nueva compañía tuvimos cambios culturales significativos: algunos debían aprender a trabajar en una empresa más grande, más formal, más ambiciosa; otros debíamos aprender a trabajar en una empresa de base tecnológica, más ágil, más pequeña, más informal. Lo bonito del proceso fue lograr una identidad como equipo de Wompi, donde reconocemos que somos una empresa en evolución, valoramos el aprendizaje continuo, fomentamos la insatisfacción de nuestros equipos para que “suban la vara” y donde estamos convencidos que juntos llegamos más lejos. - Alejandro Toro - CEO de Wompi
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