Estamos viviendo un momento donde las compañías están cada vez más interesadas en aplicar el método ágil para reinventar sus estructuras y poder entregar un servicio más oportuno y acertado a los clientes.
Ahora bien, en este proceso de transformación cultural, donde hay un cambio drástico en varias dimensiones del negocio y sobre todo en la estructura, lo que realmente nos está retando como compañía es cambiar algunos de nuestros hábitos para que seamos capaces de vivir el modelo donde trabajamos en pequeños grupos autogestionados o como dice Rappi "Two Pizza Teams", (es decir: que cuando pidamos dos pizzas alcance para todos).
Para realmente incorporarlo como la nueva forma de trabajo, la capacidad que más hay que desarrollar en los equipos para lograr esa transición, es sin duda, la capacidad de comunicar:
Si tomamos 5 de los principios del manifiesto ágil encontramos que esos puntos solo van a suceder si fortalecemos la capacidad de comunicar y desarrollamos fuertemente a los equipos en este punto. Ahora bien, hagamos un recorrido por esos 5 principios revisando en cada uno de ellos como la comunicación juega un rol clave.
1. Aceptamos que los requisitos cambien, incluso en etapas tardías del desarrollo:
Los procesos ágiles aprovechan el cambio para proporcionar ventaja competitiva al cliente.
El cambio, es clave para que el método ágil se viva y sea una realidad, la tradicional frase se vuelve más real que nunca en esta nueva forma de trabajo: lo único que permanece es el cambio y si no lo aceptamos no seremos ágiles por más que nos esforcemos. Para los seres humanos cambiar no es tan sencillo y menos si alguien lo impone desde afuera, por eso, en este punto trabajar en una comunicación con confianza es vital para que cada uno pueda vivir su proceso de cambio asumiendo lo que eso trae, enfrentar los miedos y expresarlos, conversaciones donde el equipo va expresando sus emociones y nos permitamos vivir desde la vulnerabilidad.
2. Los responsables del negocio y los desarrolladores, trabajamos juntos de forma cotidiana durante todo el proyecto.
Para trabajar juntos de forma cotidiana es clave tener una comunicación consciente, donde tengamos claro quienes son las personas que nos rodean, sus motivaciones, sus miedos, sus fortalezas, sus retos. Muy pocas veces nos detenemos a tomarnos un café con esas personas y el día a día laboral es tan agitado que nos perdemos en él. A veces esos espacios para comunicarnos y conversar agilizan aún más el trabajo.
Como decimos siempre, hay que incluir en la agenda esas conversaciones, sino nunca estarán en ella.
3. Los proyectos se desarrollan en torno a individuos motivados. Hay que darles el entorno y el apoyo que necesitan, y confiarles la ejecución del trabajo.
Una persona motivada es una persona más consciente, pues si soy consciente de quién soy yo, tengo claridad sobre mis limitaciones y mis potencialidades, soy capaz de saber que me motiva. La comunicación en doble vía será vital, pues no puedo entregarle a la compañía la responsabilidad de motivarme, debo comunicarlo, expresar mis necesidades, y comunicar permanentemente al equipo cómo creo que ellos pueden contribuir en mi proceso.
La compañía podrá entregarnos herramientas, conocimiento y el espacio adecuado, pero no tiene la capacidad de motivar a nadie, eso es un tema intrínseco que cada uno debe gestionar.
4. El método más eficiente y efectivo de comunicar información al equipo de desarrollo y entre sus miembros es la conversación cara a cara.
Una comunicación cara a cara puede ser tan sencilla como tomar café, pero al equipo hay que acompañarlo con herramientas y método. Esto no quiere decir que yo tenga un manual para llevar a cabo mi conversación, significa que debo desarrollar capacidades y trabajar de forma intencionada la empatía, la resolución de conflictos, la capacidad de cuestionar con respeto, la humildad, la capacidad de escuchar. No venimos con esas capacidades desarrolladas y son parte del éxito de vivir en un entorno ágil.
5. Con intervalos regulares el equipo reflexiona sobre cómo ser más efectivo, para a continuación, ajustar y perfeccionar su comportamiento en consecuencia.
Los rituales o momentos de capitalizar aprendizajes y aprender del proceso son espacios que requieren mucha madurez, requieren ponerse en los zapato de los otros, aceptar los errores y entender que a veces otros lo están haciendo mejor o están contribuyendo más. Estos espacios nos permiten saber qué estamos haciendo bien y dónde podemos mejorar como equipo, requieren una comunicación con propósito, donde todos ponemos al cliente y el negocio en el centro y hacemos a un lado nuestras propias necesidades.
En este punto como equipo tenemos un propósito compartido, y todos juntos buscamos lo mejor para el reto que el negocio nos está poniendo.
Estas son 5 claves sencillas pero que tangibilizan de forma práctica cómo poder fortalecer la comunicación para promover una verdadera cultura ágil. Y tú ¿qué claves agregarías a este listado?
Por: Caramelo Escaso
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